Aunque todos los hablantes de una
misma empleemos la misma lengua, esta se habla de distinta manera dependiendo
de una serie de factores. Las variedades de la lengua son de varios tipos:
Variedades
geográficas
(diatópicas): una misma lengua se habla de distinta manera según el país o la
zona geográfica de la que proceda el hablante. (Dialectos)
Variedades
sociales (diastráticas):
dependen del grado de instrucción o de cultura del hablante. Se suele hablar de
nivel culto (empleado por las personas instruidas que poseen un buen dominio de
la lengua y no cometen incorrecciones al hablar) y nivel vulgar (utilizado por
aquellas personas que poseen un dominio imperfecto del idioma, incorrecciones
de distinto tipo: en la pronunciación, en el vocabulario, en la sintaxis...).
Variedades
funcionales (diafásicas
o de situación). Son las que dependen de la situación comunicativa en la que se
encuentre el hablante. Dentro de este tipo de variedades resulta especialmente
significativa la forma de trasmisión el mensaje, que nos hace distinguir entre
lengua oral y lengua escrita. Y es que no hablamos igual que escribimos ya que
escribir implica expresarse cuando el interlocutor está ausente, lo cual
obliga, por ejemplo, a ordenar más las ideas y a decirlo todo explícitamente
para evitar malentendidos. Por el contrario, la lengua oral tiende a ser más
espontánea y más dinámica.
De entre todas las variedades
diafásicas, destacan especialmente aquellas que se concretan en los REGISTROS
LINGÜÍSTICOS, que dependen fundamentalmente de la relación de confianza
existente entre el emisor y el receptor. Esto nos llevaría a distinguir los
siguientes tipos de registros lingüísticos: formal, familiar o coloquial y vulgar:
El registro formal es el que
emplean las personas cultas con aquellas otras personas con las que no tienen
el suficiente grado de confianza y se caracteriza por el uso correcto de la
lengua, libre de vulgarismos e incorrecciones léxicas, gramaticales u
ortográficas. Es frecuente también en este tipo de registro el empleo de
tecnicismos: palabras técnicas empleadas por individuos que pertenecen a una
misma profesión u oficio (para saber más sobre tecnicismos consulta este
enlace).
El registro familiar o coloquial es
el empleado por las personas cultas en el ambiente distendido de la familiar o
entre amigos.
El registro vulgar es el propio de
personas con un deficiente conocimiento del idioma, implica un uso incorrecto
del lenguaje y es empleado en determinadas ocasiones por las personas cultas
con un determinado propósito (acercarse al receptor, imitarlo...).
El texto: características
Coherencia: Un texto debe tener una unidad
temática, las ideas deben seguir un orden. Es importante que diferenciemos las
ideas principales de las secundarias. Por eso es necesario hacer un borrador o
esquema previo.
Cohesión
textual: Un texto
es como un puzle y por eso es importante que las palabras, las oraciones, los párrafos estén bien diferenciados.
Utilizaremos sinónimos, campos semánticos. También emplearemos conectores: en
primer lugar, seguidamente, a continuación, por una parte, por otra, finalmente, etc.
Adecuación: Un texto debe adaptarse al
receptor y a la situación comunicativa en la que se produce. Se tendrá en cuenta quiénes son el emisor y el
receptor, cuál es la intención del mensaje: informar, persuadir, etc.